UROCZYSKO BARAN

A lo largo de la Historia, si hay un país que ha sufrido por defender su independencia, ese ha sido Polonia.

Siendo uno de los países más prósperos de Europa tuvo que sufrir tres particiones a lo largo del siglo XVIII. Realmente Polonia era una mancomunidad (Polonia con Lituania). De ese territorio, entonces, formaban parte algunas zonas de la actual Bielorrusia y de la actual Ucrania. A finales del siglo XVIII y en menos de 25 años, concretamente entre 1772 y 1795, la mancomunidad de Polonia y Lituania dejó de existir tras una serie de particiones que realizaron las potencias adyacentes.

La primera partición, se decidió el 5 de agosto de 1772 después de que la Confederación de Bares (la confederación de Bar fue una asociación de nobles polacos, formada en la fortaleza de Bar (Podolia- Ucrania-) en 1768 para defender la independencia interior y exterior de la república de las dos naciones ( Polonia y Lituania) contra la agresión del Imperio ruso). Perdieron la guerra con Rusia. En el reparto en 1773, Rusia se apoderó de Livonia y Bielorrusia hasta el Dviná y el Dniéper. Austria se anexionó gran parte de Galitzia Oriental y la llamada pequeña Polonia ( hasta Cracovia). Prusia se apoderó de Brandeburgo y la Prusia central ( excepto Danzig y Thorn). A ello unió una porción de Polonia que iba hasta el río Niemen.

La segunda Patición se produjo tras la guerra ruso-polaca de 1792, se la repartieron entre Rusia y Prusia. En la segunda partición los prusianos se adueñaron de Poznan y la región de la Gran Polonia, y los rusos del resto de Bielorrusia y de la Ucrania polaca.

En 1794 los polacos se sublevaron contra los ejércitos de ocupación y estalló una breve guerra que concluyó con la tercera partición al año siguiente. En esta ocasión Austria volvió a sumarse a la rapiña y se apoderó de Lublin. Los rusos avanzaron hasta el Báltico e incorporaron Lituania. Los prusianos recrecieron la Prusia oriental y se hicieron con Varsovia, la capital de la mancomunidad.

Durante más de un siglo, hasta el final de la primera guerra mundial, Polonia desapareció del mapa europeo, no así los polacos, que siguieron viviendo en tres Estados diferentes. Polonia y Lituania reaparecerían tras el tratado de Versalles convertidas en repúblicas con unas nuevas fronteras, pero volverían a ser repartidas años más tarde, en 1939, entre la Alemania nazi, la Unión Soviética y el estado títere de Eslovaquia con la intención expresada por el propio Hitler de que Polonia “nunca más vuelva a existir como país independiente. La partición de Polonia estaba ya fijada en sus aspectos esenciales en las cláusulas secretas del Pacto Germano-Soviético (Ribbentrop- Molotov).

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Si los nazis ocuparon Polonia con mano de hierro y a la población judía le esperó un destino terrible, los comunistas de Stalin no fueron mucho más amables, sobre todo, con las élites polacas ―profesores de universidad, políticos, intelectuales, altos cargos eclesiales, etc…―, que en un porcentaje muy elevado serán o bien desterrados y enviados a los gulags siberianos o directamente asesinados, como la mayoría de los oficiales del ejército polaco prisioneros del Ejército Rojo, aniquilados en la matanza de Katyn y otras.

Eslovaquia, por su parte, tras un tratado con Alemania, se anexiona parte de los territorios cercanos a la extinta República Checoslovaca.

Polonia desapareció oficialmente, salvo un pequeño reducto en torno a Varsovia, sometido bajo el control soviético, aunque con cierta autonomía.

Así, en noviembre de 1939, Polonia había dejado de existir, pero sólo nominalmente. Los soldados polacos que lucharon durante toda la guerra al lado de los aliados occidentales, al igual que los que lo hicieron posteriormente con los soviéticos, amén del Ejército Interior Polaco y la Resistencia, llevaron siempre la bandera polaca por todos los frentes de guerra en los que participaron en Europa: Noruega, Francia, Oriente Medio, Libia, Italia, Francia, Alemania, etc. Así sería tras seis largos años.

Ayudaron a los soviéticos para liberar la Polonia ocupada por los Nazis, y actuaron contra los soviéticos en busca de su ansiada independencia. El fin de la IIGM trajo consigo la recreación del Estado polaco, pero sometido a la bota implacable de la URSS .

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Prueba de aquel sometimiento férreo, es el triste episodio que vamos a comentar y que muestra la crueldad soviética en su afán expansionista. La segunda Guerra mundial, para Polonia fue la lucha por su supervivencia, o la desmembraban los nazis, o lo hacían los rusos.

Vamos a exponer lo acontecido en Uroczysko Baran, una de las mayores matanzas que los rusos llevaron a cabo contra los polacos que lucharon contra el nazismo para liberar Polonia.

Debemos situarnos al final de la guerra. En octubre de 1944 había fracasado el levantamiento de Varsovia, Stalin había ordenado al Ejército rojo detener su avance sobre la capital, de modo que los alemanes pudieran arrasar Varsovia, y derrotar a los insurgentes polacos.

Para entender un poco la situación hay que señalar que la insurrección polaca se sostenía con 4 grupos. El grupo mayoritario era el Armia Krajowa (AK, Ejército Nacional), fiel al Gobierno polaco en el exilio y que fue el que encabezó el Levantamiento de Varsovia. Aunque era un grupo anticomunista, llegó a participar en operaciones conjuntas con los soviéticos, como la liberación de Vilna. El segundo en importancia por el número de miembros eran los Batallones Campesinos. El tercer grupo armado eran las Narodowe Siły Zbrojne (NSZ, Fuerzas Armadas Nacionales) se destacaron por combatir simultáneamente a los nazis y a los comunistas.

A ellos hay que unir en su lucha contra los nazis, pero no contra los soviéticos, al Armia Ludowa (AL, Ejército Popular) estaba formado por partisanos comunistas afines a los soviéticos. Este grupo se formó en 1944 (vamos que lucharon durante la guerra, pero poquito). No se llevaba bien con el resto de los grupos y tuvieron enfrentamientos con las NSZ.

Sobre todo, cuando tocó defender la independencia polaca a partir de 1944. En un primer momento, las unidades del Ejército Nacional tenían la esperanza de que se llegara a un acuerdo entre el gobierno polaco en el exilio en Londres, los soviéticos y el recién formado gobierno comunista polaco. Por lo tanto, se abstuvieron de enfrentarse a los rusos o al Ejército Popular Polaco comunista bajo el mando soviético. Durante los primeros momentos, el único objetivo del Ejército Nacional era luchar contra los ocupantes nazis. Sólo más tarde algunas unidades comenzaron a redirigir sus actividades contra los comunistas. Fue una reacción instintiva, resultado de meses de represión, arrestos, torturas y exterminio físico.

Después de que la línea ofensiva del frente del Ejército Rojo se estableciera firmemente a lo largo del río Vístula, comenzaron una campaña indiscriminada de represión masiva y arrestos no sólo contra la clandestinidad del Ejército Nacional, sino también contra la población en general. Las unidades del Ejército Nacional fueron rodeadas, desarmadas y sus oficiales arrestados. Queriendo hacerse con el control de Polonia, la presencia de los patriotas polacos del Ejército Nacional, les resultaba molesta, para ello los rusos decretaron el 3 de octubre de 1944 la ilegalización del Ejército Nacional polaco, con la peculiaridad de que el decreto tenía efectos retroactivos- alterando el discurrir ordinario del Derecho, como suelen hacer todas las dictaduras- Aquel decretó iba a tener eficacia a partir del 15 de agosto de 1944 ( dos meses antes de su aprobación). Introdujo medidas punitivas con carácter retroactivo, es decir, actos cometidos antes de su emisión, y como resultado colocó al Ejército Nacional fuera de la ley, bajo el pretexto de que era una organización que opera contra el nuevo «sistema democrático». La negativa a denunciar todas y cada una de las actividades y personas involucradas en actividades consideradas contrarias a esta «ley» se castigaba con la muerte.

A los detenidos, miembros del Ejército Nacional, desertores de cualquier ejecito polaco, a la población que se resistiera… la enviaron a Kakolewnica, un campo de concentración. Allí se había establecido 1º Frente Bielorruso soviético. Retiraron ganado, saquearon suministros de alimentos, expulsaron a la gente de sus hogares… para dar paso a alojamientos militares y a mazmorras de interrogatorio. A ellos se unió el Ejército Popular ( comunista) polaco. Se ha calculado que, desde septiembre de 1944 hasta noviembre de 1945, Kokolewica albergó entre 2.500 y 3.000 prisioneros.

Los supervivientes cuentan que las palizas se realizaban a diario y que las celdas tenían el suelo inundado de agua, sin colchones, ni camas. Además, como castigo a muchos prisioneros se les metía en agujeros, también llenos de agua fría, en los que tenían que permanecer de pie durante días.

Las ejecuciones de los prisioneros de aquel campo de concentración se llevaron a cabo en los bosques de Kakolewnica, conocidos como «Uroczysko Baran». Allí fueron asesinados los condenados por el tribunal militar, y también aquellos a quienes se les negó incluso la comparecencia ante dicho tribunal.

De los testimonios de los habitantes de Kakolewnica se desprende que durante el período en que se encontraba allí el cuartel general del II Comando del Ejército comunista polaco, el bosque estaba custodiado por soldados armados y no se permitía la entrada a civiles. Durante las noches se escuchaban disparos desde la dirección en la que se encontraba el bosque. Después de enterrar los cuerpos de los fusilados, se niveló el área y luego se cubrió con musgo y árboles jóvenes. Después de algunos años, las lluvias comenzaron a arrastrar a la superficie huesos y cráneos de los asesinados.

El 8 de marzo de 1990, la fiscalía abrió una investigación sobre los asesinatos en Uroczysko Baran. Se llevó a cabo una exhumación en la tumba encontrada y sus alrededores. Los restos humanos recuperados eran fragmentos óseos de 12 hombres de entre 20 y 60 años. El estado de los restos y su ubicación en las tumbas indicaron la particular brutalidad de los verdugos y el profundo sufrimiento de las víctimas. El protocolo elaborado por el Instituto de Ciencias Forenses dice:

«Los ejecutados tenían las manos y las piernas atadas con alambre metálico. En el momento de la muerte, algunas de las víctimas sufrieron heridas en brazos, muslos, etc. rotos y fracturados. Algunos de los cráneos mostraban signos de traumatismo grave causado por un objeto contundente y pesado. Los examinadores confirmaron lesiones sufridas por un solo disparo de arma [estilo de ejecución] con orificios de entrada en la parte trasera o en el costado del cráneo. En algún caso, no hubo disparos , pero se confirmó que la fragmentación del cráneo fue el resultado de un traumatismo severo».

Teniendo en cuenta la totalidad de los hechos averiguados durante la investigación de los acontecimientos ocurridos en Kokolewnica durante 1944/45, es posible concluir, sin lugar a dudas, que en el bosque Uroczysko Baran se encuentran otras tumbas desconocidas de personas asesinadas a consecuencia de ello. de las sentencias de muerte dictadas por el tribunal del II ejército comunista polaco y del Ejército Soviético.  Sin embargo, es muy complicado acceder a los restos humanos. Después de cincuenta años de gobierno comunista en Polonia, el sitio estrechamente vigilado, está cubierto de árboles maduros.

La investigación de la fiscalía se realizó a través del estudio de documentos parciales encontrados en los archivos del ejército polaco que prueban sólo 43 ejecuciones oficiales y 144 condenas de tribunales militares, pero los archivos soviéticos son inaccesibles o ya no existen.

Tampoco fue fácil contar con el testimonio de los testigos. Años después, terminada la guerra, pero con Polonia bajo la bota de la URSS todos los que tenían algún conocimiento de lo ocurrido fueron encarcelados, en los campos de castigo soviéticos, asustados o muertos. Según los estudios realizados, entre los años 1946 y 1980, alrededor de 1.800 personas fueron fusiladas en Kakolewnica y sus alrededores.

El encargado de buscar testigos, ya en la Polonia democrática, fue el Instituto de la Memoria Nacional. Con dificultad pudo entrevistar a 110 testigos. El testimonio de quienes fueron localizados fue increíble. – Por ejemplo, además de hacer referencia a los camiones llenos de prisioneros, del ruido de los disparos en el bosque Uroczysko Baran, uno de los testigos contó que «Había tantas balas y metralla de «Uroczysko» incrustadas en los árboles que, cuando las cortaban en el aserradero, saltaban chispas por todas partes».

En 1980, se levantó un primer monumento en el bosque- una tumba simbólica-, en mayo de 1993 fue sustituido por un monumento formado por una cruz de hierro fundido. Los estudios sobre esta masacre siguen activos en Polonia.

Es comprensible que los países fronterizos con Rusia no quieran ni oír hablar de la URSS o de los que aspiran a reconstruir la URSS.

 

BIBLIOGRAFÍA

LOMA BARRIE, Borja. “Historia de Polonia. Mesías de las naciones ”. Kindle

WASAK, Anna: “Kakolewnica – «Little Katyn» Near Radzyn Podlaski (Pol. «Kakolewnica – podlaskiKatyn»): Unsolved Communist Crimes In Poland.”. «Nasz Dziennik«

2 comentarios sobre “UROCZYSKO BARAN

  1. Brillante entrada . Todavía no conocemos toda la historia de lo que Polonia y Europa del este en general tuvo que sufrir bajo la bota soviética . Pero lo poco que podemos saber , como está historia de represión trágica en Polonia nos anticipa que estamos ante la punta del iceberg. El comunismo debe ser condenado como el nazismo por todos los demócratas

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